Domingo 24 de Octubre de 2004
La escritora busca dar consuelo a mujeres golpeadas por sus propios retoños y crucificadas por la sociedad por ser madres de violadores y asesinos.
“Me da susto la polémica que pueda causar mi libro”, confiesa Francisca Bertoglia mientras se acomoda en su escritorio. Sobre la mesa una colección de cartas de tarot, un computador rodeado de hojas a medio escribir, y en la muralla, una antigua fotografía de la siquiatra Lola Hoffman.
Y es que Francisca -profesora de castellano, yoga y tarot- cuenta orgullosa que Hoffman fue su maestra durante los años 70, de ella adquirió nuevas filosofías de vida y pidió prestada una frase para titular su nuevo libro -de Editorial Catalonia-: “Quién dijo que había que querer a los hijos”.
-Suena fuerte, pero habrá una explicación para las madres que se engrifen con este libro.
-Suena fuerte, pero habrá una explicación para las madres que se engrifen con este libro.
-Claro. Es que eso lo dijo Lola en un contexto, cuando asistíamos a un taller en el año 1976. Una de las mujeres asistentes sufría mucho por las humillaciones de su hija quien le decía que había perdido a su marido por gorda y huevona, entonces Lola la consoló y le dijo “quién dijo que había que querer a los hijos. Es imposible si te agreden de esa manera, tienes que valorarte”. Todas las demás quedamos heladas, sobre todo yo que tenía niños chicos, pero fue increíble cómo la frase produjo alivio en esa mujer.
-Ah, sólo vale para los “malos hijos”. ¿Pero los suyos no se sintieron agredidos?
-Yo tengo tres hijos adultos, pero -a pesar de no ser mi caso específico- igual en algún momento me hice la pregunta de Lola. La frase puede parecer de agresión contra ellos, pero en el fondo es una frase de salvación para las madres que reciben golpes tanto de los hijos como de la sociedad. Yo no sé quién fue la mamá de Hitler, de Schäfer o de cualquier otro monstruo, pero más de alguien les echó la culpa a ellas por los hijos que tuvieron. Pero ¿qué hace una mujer cuando un hijo es así y la sociedad le dice que lo tiene que amar siempre?
-Entonces el libro les sirve de consuelo...
-Ayudará a respirar a esas madres que se acusan de no hacer lo suficiente por sus hijos. Es que uno nunca sabe a quién traerá al mundo. Nadie está exento de tener un hijo tipo Hitler, Spiniak, violador o asesino, aunque lo hayamos educado bien, eso depende de su carta genética. Se ha comprobado que en hogares de santos nacen niños criminales y al revés también.
-¿Y hay recetas para lidiar con esos “hijos monstruos”?
-Recetas no, por eso lloré mucho escribiendo el libro, es un río de dolor que está tapado socialmente. Ellas deben fortalecerse a sí mismas y buscar ayuda de sicólogos que no sigan con el cuento del amor incondicional, saber que tienen iguales derechos que sus hijos. Pero no hablo de recién nacidos ni menores de siete años, sino de quienes empiezan a vivir sus genes y si no les pones un freno, ya nadie los parará. Por eso también defiendo la maternidad opcional, nadie puede obligarnos a ser madres, y eso los hombres deben entenderlo.
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